sábado, 18 de septiembre de 2010

TENER O NO TENER PERRO

Me conecto esta mañana a facebook y en el inicio leo a Lucía Asué (que fue redactora en "Madrid Directo") que cuenta que está pensando en tener perro y pide a sus amigos que la disuadan. Salvo dos o tres románticos que la animan (insisten en adoptar mejor que comprar), el resto le habla de todas las tareas que supone que se resumen en una: tiempo. Tiempo para educarle, para pasear con él, para darle de comer, para hacer caca y pis...
Yo me he planteado muchas veces en mi vida tener o no perro. Hace años lo pedía Ignacio y la excusa siempre fue que no podíamos porque no lo ibamos a dejar solito en casa ¿no? En un momento determinado, cuando Ignacio ya tenia 14 años o así, me ofrecieron una golden de 1 año. Le expliqué que debía tomar la decisión él porque iba a ser suyo; me contestó a la mañana siguiente que no quería tener esa responsabilidad. Cuando ya se fue de casa me rondó la idea varias veces por la cabeza, pero la sensatez ganaba. Yo no tenía tiempo. Hasta que Esteban llamó y dijo: "estoy aquí con nuestro perrito, acaba de llegar a la tienda". La decisión estaba tomada. Ahora que lo tengo, perro y tiempo, soy feliz y me alegro de que Coco viva con nosotros. Todos los argumentos racionales dejan de tener sentido ante los emocionales. Pero no cabe duda, la vida cambia completamente. Yo, a Lucía, le aconsejo que no tenga perro. Todavía.

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