jueves, 23 de septiembre de 2010

LISTA DE RECOMENDACIONES

Me marcho dentro de un rato de viaje por unos días y aquí se quedan Coco y Esteban que ahora tendrá que ocuparse de las, según él, "costumbres maniáticas" de la perrita. Bueno, lo único que ocurre es que tiene unos horarios que mas o menos hay que cumplir (o sería deseable).
Hacia las 8 de la mañana Coco se aproxima a la cama y avisa de que está despierta ("a mi nunca me lo ha hecho", dice Esteban; yo creo que sí, pero que no lo ha oído). La cojo en brazos y la bajo hasta el jardín de atrás. Estamos un ratito por allí y hace pis y caca. Cuando entramos en casa va directa a la cocina pero aunque le pongo su ración no suele ser este el momento en que come, mas bien prefiere seguir durmiendo, en su cunita de la cocina o en la del dormitorio. La comida va en dos raciones, por la mañana y por la noche, y le gusta un poco húmeda, ahora que le faltan algunos dientes la come así mejor. La mañana la pasa siguiendome de un lado a otro y durmiendo aquí y allá. Ya me he dado cuenta de que a veces llama mi atención, subiéndose a las piernas, y es porque quiere algo, normalmente suele ser que la acompañe abajo para hacer pis. Con un premio después se queda tan contenta. A la 1 o 2 le doy un paseo y suele hacer pis y caca otra vez, aunque si el tiempo se me ha echado encima lo hace en la arena de la caja de la cocina. El paseo suele ser siempre el mismo ya que alguna vez he querido cambiar de ruta y me ha mirado con cara de decirme: "que no, mujer, que por aquí", así que lo único que hay que hacer es seguirla y abastecerse de nuevas bolsitas de caca. Quizá el momento "diferente" de esta experiencia sea el viernes, que pasará toda la mañana sola hasta que llegue Esteban, a eso de las 3; bueno, pero es que estar sola forma parte de la vida de una perrita. Mi madre dice (claro, ella nunca ha tenido perro) que cómo es posible que la dejemos solita, como si fuera una niña... Y por la tarde más de lo mismo; imagino que Coco hará compañía a Esteban en su estudio y que por la tarde noche saldrán a dar un paseo. A la vuelta nueva ración de comida. Y la noche con Esteban en el sofá o esperándole si sale por ahí. No me preocupan los mimos porque se que va a estar achuchada y besuqueada mas que si estuviera conmigo. Sólo me inquieta que, con todos mis trucos, Esteban lo haga tan bien que no me echen de menos. Yo a ellos seguro que muchísimo.

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