viernes, 22 de julio de 2011

ECHO DE MENOS A COCO

Hoy Coco no ha dormido en casa. Y la he echado mucho de menos. Noto su ausencia. Y que no me recibiera anoche al llegar corriendo escaleras abajo, que no saltara a mi cama mientras estaba dormida y se acurrucara a mi lado (sí, en la lucha soterrada que tenemos desde hace meses para que no se me meta en la cama ha ganado ella, que espera a que me duerma para subirse de un salto), que no me despertara esta mañana mirándome fijamente esperando a que la sacara al jardín... Pero debemos aprender a separarnos porque tengo la sensación de que su mundo se está haciendo muy pequeño (¿o es el mío el que está reduciéndose?), aquí metida en casa (¿aunque dónde mejor se puede estar?), paseando por Pozuelo, asustándose, sí, mucho, cada vez que nos cruzamos con algún perro y lo que es peor, ladrando a desconocidos; y como no quiero que sea un aperrita ladradora me voy a poner a estudiar todo lo que encuentre para educarla y si hace falta, en manos de un entrenador. Estoy deseando que vuelva Jarita de vacaciones y que retome sus relaciones perrunas. Espero que este verano pueda pasar varios días con ella. Y esta mañana, sin Coco a mi lado, leo la noticia de que Lucien Freud ha muerto en elmundo.es y no doy crédito a lo que una tal Judith Mora escribe: "entre sus modelos se contaban tanto gente corriente como famosos, incluidas la reina Isabel II, a la que retrató muy poco favorecida, y la modelo Kate Moss, cuyo retrato de cuerpo entero -tampoco especialmente favorecedor- se subastó en 2005 por unos 4 millones de libras"? ¡¿POCO FAVORECIDAS?! ¿Pero esta mujer sabe de arte, sabe quién es (era) Lucien Freud, cuál es el concepto de "favorecedor" de esta lumbrera, no tiene un jefe que le diga estas cosas o parecidas? Yo, que admiro su enérgica pintura, sus retratos siempre impactantes e inquietantes, quiero rendirle un homenaje con este cuadro y así también recuerdo a Coco.

viernes, 15 de julio de 2011

MOMENTO CANAS

Aquí está mi Coco asomada al patio, apoyada en el sofá, que ultimamente es donde más le gusta estar. Debe de resultar una imagen curiosa porque hoy mismo ha pasado por el jardín de fuera la vecina del 11 y se ha quedado encantada con ella. Coco le ha gruñido un poco, pero es que ultimamente por mas que la regaño se cree en la obligación de actuar como si fuera la guardiana del castillo; bueno, es normal, ese es el trabajo de un perro ¿no? Me gusta cómo destaca su pelo tan blanco sobre el fondo negro. Y es que cada día está más blanca y más rubia. El otro día volvió Albina (que aunque se llame así tiene el pelo oscurísimo), que ha empezado a sustituir a su hermana Lidia, que en su día sustituyó a su vez a Albina (en fin, las cosas de las asistentas), y se sorprendió con el color del pelo de Coco. "Pero cuántas canas, qué viejita!", dijo. Claro, ella la recordaba chiquitina, y de pequeñita Coco tenía el pelo oscurísimo. La reacción de Albina me recordó a la mía, y la de tanta gente, con una de las imagenes más impactantes de estos ultimos días: la de José Ortega Cano ("mihossse") saliendo del hospital, y no sólo por todo el significado que tiene (el accidente, la muerte del otro conductor, la milagrosa recuperación, lo que le gusta a este hombre un micro y una cámara...) sino por las canas que lucía. ¡Qué barabridad! Imagino, imaginamos, que ya las tenía y que lo que ha ocurrido es que durante este tiempo no se ha teñido y ahora se descubre el detalle de coquetería. Digo yo que ya no habrá vuelta atrás, ¿no?, ¿cómo se va a presentar ahora en cualquier lado con el pelo renegro?. No importa, es hombre. Y me da rabia decir esto, pero es la pura realidad. Las mujeres con canas estan, en general, mal vistas. Cuando en realidad a mi me parece de una modernidad brutal. Yo he tonteado algunas veces con la idea de dejarme canas, e incluso decolorarme el pelo para llevarlo blanco total, pero cada vez que lo comento me ponen el grito en el cielo. He decidido dejar el empeño porque se que llegará de manera natural. Sólo hay que esperar al momento adecuado.

domingo, 10 de julio de 2011

COCO A MIS PIES

Me gusta mucho esta foto que me hizo Lola Garrido un día que salimos de paseo con Coco. En realidad Coco está siempre cerca de mis pies. Y si la mirada es importante en la relación con un perro, los pies quizá lo sean más. No sólo porque siempre anda enredando entre ellos, que cualquier día me voy a pegar un guarrazo (ya me caí el otro día pero fue culpa mía, de las sandalias flip flop que se me engancharon en un escalón; la pobre Coco se pegó un susto de muerte al verme tirada en el suelo). Coco sabe perfectamente lo que vamos a hacer dependiendo de los zapatos que me pongo. Si elijo los crocs amarillos o las flip flop (aunque a partir de ahora quedan prohibidas) sabe que salímos al jardín o nos vamos de paseo. Si me pongo otros, cualquiera, ya tiene dudas, y entonces me mira desde una cierta distancia como preguntando. Desde luego si escojo taconazos ni se molesta en cruzar sus ojos con los míos; sabe que me largo sola. Y por cierto, con mala conciencia. No se cómo voy a ser capaz de vivir así. El otro día le pregunté a Ana García Siñeriz, que andaba dándole vueltas a con quién dejar a sus dos perros mientras estaba de viaje, y me contestó: "¿cómo me preguntas eso? tu misma me dijiste cuando te lo pregunté yo sobre mis hijos: acostumbrate a vivir ya para siempre con mala conciencia". Ay, se me había olvidado.