viernes, 1 de octubre de 2010

COCO EN BRAZOS

A la vuelta de mi viaje me he encontrado con algunas novedades en Coco, por ejemplo, el empeño en estar en brazos. Hasta ahora se dormía a mis pies cuando me ponía a trabajar al ordenador, pero desde que volví quiere subirse encima y dormirse en brazos. Una vez "frita" la pongo con cuidado en la butaca roja o en la cunita que le he subido al estudio, pero se despierta y vuelve a mi para que la coja otra vez. Con mucha paciencia vuelvo a repetir la jugada una y otra vez, hasta que se aburre. Leo sobre los yorkies y lo caprichosos que pueden llegar a ser si no se les educa convenientemente. Bueno, eso quien quiera educarlos, porque como dice un amigo de Chusa: "yo tengo un perro para malcriarlo y darle todos los caprichos". Leo también algo que me hace mucha gracia y que revela perfectamente la personalidad de Coco: los yorkies no son conscientes de su tamaño y no temen enfrentarse a perros grandes. Ja, ja, ja... esto le pasa todos los días en el paseo que damos. Sale a la calle con aire de "aquí vamos", como dispuesta a hacer frente a cualquiera. Otra cosa es cuando algún perro grande reacciona, entonces se da cuenta del "embolao" en el que se ha metido y viene corriendo a mi para que, como no, la coja. Y desde ahí mira hacia abajo. A veces me da envidia cómo debe ser ver el mundo desde arriba, en unos brazos.

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