miércoles, 20 de octubre de 2010

COCO CALLEJERA

A Coco le encanta salir de paseo. Eso sí, el 90 por ciento del tiempo se lo pasa oliendo. Vamos andando y ella con el hocico pegado al suelo; parece que llevo una aspiradora al final de la correa. A veces tengo que tirar de ella, obligarla a caminar "seguido" un rato y luego pararme para que empiece a olisquear. Pero lo más curioso de todo es la vuelta a casa. Siempre se restriega por la alfombra y por el sofá. Parece que quiere impregnarse del olor de la casa y dejar el de la calle. ¿O será al contrario, que quiere traer el olor de fuera a dentro?
A mi me encanta cómo huele Coco, pero a veces me pregunto si es un olor fuerte, de esos que la gente califica como "olor a perro". Recuerdo que cuando llegó a casa recién comprada olía a guarida, pero es que venía del criador y traía todo eso encima. Le duró muchísimo, claro, hasta que pasada la cuarentena y las vacunas pude bañarla. La primera vez que le cortaron el pelo (¡pobre, cómo la dejaron!) llegó con un olor que me encantó. Luego averigüé que le habían puesto colonia para perros con olor a vainilla. Me la compré y se la puse un par de veces, pero siempre que lo hago ella sale corriendo como alma que lleva el diablo y se restriega por toda la casa; en esta ocasión sí tengo claro que se lo quiere quitar.

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