martes, 5 de octubre de 2010

MAY Y COCO

¡Por fin Coco en brazos de May! En realidad se conocieron hace ya unos meses, recién llegada Coco a casa. Mi hermana May fue la primera persona a la que yo vi meterle la mano en la boca a Coco para que la mordisqueara. Bueno, es que yo nunca había tenido perro y no sabía ni qué hacer con ella, de hecho no quería que mordiera y le decía constantemente que no cuando lo hacía. Ahora me he dado cuenta de que lo hace como una necesidad y muestra de cariño. Coco se portó de maravilla el otro día en casa de mis padres. Aguantó como una jabata la comida y cuando nos fuimos, casi 3 horas después, hizo pis y caca en la calle. En ese momento sentí que ya se había hecho mayor.
Mientras comíamos Coco iba de un lado a otro debajo de la mesa, y en un momento dado se sentó cerca de Antonio, el marido de May, que comentó que los perros saben quien tiene perro y que se establece una corriente de simpatía inmediata. Ellos siempre han tenido dos o tres perros; me contó May que los dos últimos, grandotes, van siempre detrás de ellos como si fueran su padre y su madre y que ven la televisión juntos, bien pegaditos, incluso en verano, haciéndoles sudar la gota gorda y preguntarse a gritos: "¡¿es que no hay más casa que tenemos que estar aquí apretujados?!". A mi me encanta que Coco se apoye en mí mientras estoy tumbada haciendo gimnasia o leyendo el periodico en el sofá.

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