Coco
No y Sí
Muy bien
¿Qué?
¿Dónde está?
Caca y pis
Premio
Comida (y a veces, comidita)
Agüita (sí, esta vez sí, qué le vamos a hacer, siempre en diminutivo)
Ven aquí
Quieta
Vamos
A cruzar
Arriba
Sentada
Esteban
Ignacio
Lidia
Jarita
Abuelos
A dormir
Y no sólo las palabras. Lo que entiende perfectamente es el tono. Cuando usas el interrogante, por ejemplo con "¿qué pasa?", "¿qué es eso?", "¿qué oyes?", "¿dónde está?", "¿dónde me llevas?" y "¿qué haces?" siempre balancea ligeramente la cabeza hacia un lado; si sigues haciéndole alguna otra pregunta la balancea hacia el contrario, y así podrías estar toda la vida. El tono de enfando, con por ejemplo, "no, no y no", "ya te he dicho mil veces que eso no", "¿qué es esto?" y "¿qué has hecho?" hace que baje la cabeza, y con el rabo entre las piernas busque refugio o se tumbe arrastrándose como para pedir perdón al mejor estilo perruno. El tono autoritario es eficacísimo para dar ordenes, las cumple inmediatamente: "ven aquí", "sentada", "a dormir" y "quieta". Y luego queda el tono aflautado, alegre, mimosón y si quieres algo ridículo de cuando se dice algo así como "chiquirriquitina-bonita-lista-ay-mi-perrita-cu-cu-cu-cu-chiqui-chiqui", que termina de diferentes maneras; con un "¡pero qué guapa es!", o "¡pero qué lista es!", o "¡pero qué bonita es!".
¡A ver si no es lista mi perrita! ¡Y con sólo 8 meses!
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