A mi me encanta cómo huele Coco, pero a veces me pregunto si es un olor fuerte, de esos que la gente califica como "olor a perro". Recuerdo que cuando llegó a casa recién comprada olía a guarida, pero es que venía del criador y traía todo eso encima. Le duró muchísimo, claro, hasta que pasada la cuarentena y las vacunas pude bañarla. La primera vez que le cortaron el pelo (¡pobre, cómo la dejaron!) llegó con un olor que me encantó. Luego averigüé que le habían puesto colonia para perros con olor a vainilla. Me la compré y se la puse un par de veces, pero siempre que lo hago ella sale corriendo como alma que lleva el diablo y se restriega por toda la casa; en esta ocasión sí tengo claro que se lo quiere quitar.
miércoles, 20 de octubre de 2010
COCO CALLEJERA
A mi me encanta cómo huele Coco, pero a veces me pregunto si es un olor fuerte, de esos que la gente califica como "olor a perro". Recuerdo que cuando llegó a casa recién comprada olía a guarida, pero es que venía del criador y traía todo eso encima. Le duró muchísimo, claro, hasta que pasada la cuarentena y las vacunas pude bañarla. La primera vez que le cortaron el pelo (¡pobre, cómo la dejaron!) llegó con un olor que me encantó. Luego averigüé que le habían puesto colonia para perros con olor a vainilla. Me la compré y se la puse un par de veces, pero siempre que lo hago ella sale corriendo como alma que lleva el diablo y se restriega por toda la casa; en esta ocasión sí tengo claro que se lo quiere quitar.
domingo, 17 de octubre de 2010
COCO CON IGNACIO
Ignacio, como todos los niños, cuando era pequeño pedía un perro. Y yo, como todas las madres, le decía que no teníamos casa adecuada ni tiempo para cuidarlo. En cambio tuvo hamsters. No recuerdo si 2 o 3. Sí me acuerdo de una de ellas, Teresa (de hamsteresa), que a veces salía de la jaula si nos olvidábamos de cerrarla bien y se paseaba por la casa; yo la descubría por el ruido que hacía al morder comida que llevaba en sus carrillos y me la encontraba debajo del sofá. Otro se cayó por la terraza, era un cuarto piso, y se estrelló justo a la entrada del portal.
A pesar de estos antecedentes con animales, estoy deseando que Ignacio cuide de Coco en alguna ocasión.
sábado, 16 de octubre de 2010
COCO VE LA TELE
No se si ahora tengo una responsabilidad más; la de enseñarle a distinguir lo que vale la pena ver y lo que no, y protegerla de Jorge Javier Vázquez y compañía. Recuerdo que cuando Ignacio era pequeño veía con él mucha televisión, mala y buena, y siempre intentaba explicarle qué me parecía malo, y por qué. En realidad yo usaba, y sigo haciéndolo, la televisión para despotricar y protestar. Mi pobre hijo a veces, cuando empezaba algo que a él le gustaba y a mi no tanto, me decía: "la vemos, mamá, pero sin que chilles todo el rato".
De momento Coco se tragó el otro día, enterito, el documental de Bansky, Exit through the gift shop; una maravilla, por cierto.
martes, 5 de octubre de 2010
MAY Y COCO

Mientras comíamos Coco iba de un lado a otro debajo de la mesa, y en un momento dado se sentó cerca de Antonio, el marido de May, que comentó que los perros saben quien tiene perro y que se establece una corriente de simpatía inmediata. Ellos siempre han tenido dos o tres perros; me contó May que los dos últimos, grandotes, van siempre detrás de ellos como si fueran su padre y su madre y que ven la televisión juntos, bien pegaditos, incluso en verano, haciéndoles sudar la gota gorda y preguntarse a gritos: "¡¿es que no hay más casa que tenemos que estar aquí apretujados?!". A mi me encanta que Coco se apoye en mí mientras estoy tumbada haciendo gimnasia o leyendo el periodico en el sofá.
lunes, 4 de octubre de 2010
LLEGA EL FRÍO

Ando ahora dándole vueltas a lo de los zapatitos para perros, de los que me habló Teresa Ordás cuando volvió de Nueva York porque al parecer allí son un "must". Me dijo, "ya hasta queda raro ver a los perros sin zapatos". Y tiene su lógica. Porque cuando sales de paseo, sobre todo en invierno, la perrita vuelve hecha un asco. Lo había apartado de mi mente, pero ahora, con la llegada del frío, me lo estoy planteando seriamente. De momento ya he hecho una investigación para saber dónde se venden, qué modelitos hay (¡¡me encantaaaaaan tooodos!!), tallas y precios, claro. Esta página es completísima: http://www.speedogs.com/botas.html. Ahora a tomarle medidas para saber qué pata calza. (Ya, ya se que Esteban me dirá que por encima de su cadáver).
viernes, 1 de octubre de 2010
COCO EN BRAZOS
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